domingo, 9 de mayo de 2010

Emily Lee

La familia Lee llegó de Inglaterra a principios del S. XX, como consecuencia de los estragos que estaba generando la primera guerra mundial en su país.
Huyeron una noche de Octubre, en 1914, para llegar a las costas del sur de Chile unos meses después.
Lograron asentarse en un pequeño pueblo llamado Valdivia, donde pudieron criar tranquilamente a sus dos hijos: Edward y Katherine. Los niños crecían alegres y sanos, sin embargo, cuando nació la tercera de sus hijos, la alegría que gozaba esta familia se desvaneció. Emily, la más pequeña, nacida en el nuevo hogar, no estaba del todo sana. Solía tener desvaríos emocionales que iban desde la furia incontrolable hacia un estado de profunda melancolía.
Sus padres, preocupados, ya no sabían que hacer con ella. Tan grave era su situación que decidieron internarla en un sanatorio. La Casa de Orates de Nuestra Señora de los Angeles, ubicada en Santiago, la capital del país, lo suficientemente alejada de la ciudad de residencia de la familia Lee. Tras abandonarla en ese sitio, no volvieron a saber más de ella.

Emily, que para esa ocasión tenía solamente 12 años, se vio obligada a arreglárselas por su cuenta en aquel ambiente tan hostil, llegando a desarrollar una increíble capacidad de manipular a las personas y las situaciones a su favor. Incluso al subdirector del establecimiento, el Dr. Jerónimo Letelier Grez, le era muy difícil resistirse a los trucos mentales de la pequeña Emily.
Pasados 3 años internada en aquel lugar, rodeada de orates, (por supuesto, ella se encontraba perfectamente bien según su parecer) tomó la decisión de comenzar una vida propia. Una noche en febrero se escabulló de su habitación con las pocas pertenencias que le habían permitido quedarse, y saltó la tapia trasera del recinto. Sola, como estaba, se dedicó a buscar trabajo en distintos lugares, los cuales no era capaz de conservar por más de una semana debido a los accesos de locura e irascibilidad de los que era víctima.
Desesperada, no le quedó otra opción que entrar en el negocio de la prostitución, tras conocer a un extraño hombre llamado Gaspar.
Lo que Emily no sabía era que su vida humana estaba casi por terminar.
Habian momentos en los cuales perdía la conciencia y solamente recordaba la imagen de su dueño con la boca y el pecho manchados de sangre; mas no le dio mayor importancia, después de todo, no era de su incumbencia. Ella solamente se relacionaba con aquel hombre porque conseguía de él alimento y un techo donde cobijarse, lo demás eran nimiedades.
A la edad de 17 años, Emily había aprendido lo suficiente de una vida cruel como para ser completamente incapaz de relacionarse de ninguna manera con otro ser humano, y fue esto, específicamente, lo que motivó a Gaspar a tomar la decisión. Era una joven tan hermosa e interesante que no podía dejarla envejecer, marchitarse y desaparecer con esa chispa fogosa que poseía. Tenía que convertirla en una de los suyos... en un vampiro.


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Ya vendrá más

2 comentarios:

  1. Quedo bkn, entretenido y rápido, lamentablemente aun falta la siguiente parte, donde se aumentan los problemas mentales de esa maldita malkavian que ve a la camarilla en todas partes xD

    Saludos

    Uthanien

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  2. Jajaja ahora Uthanien podrá hacer metajuego..
    Está buena la historia, consisa. Y coherente.
    Por cierto, no es que vea la camarilla en todas partes. Es más profundo que eso.

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